NUESTRA HISTORIA

El Proyecto Anjinhos da Rua, el santuario privado más grande del mundo para animales abandonados, se encuentra en la ciudad de Peruíbe y tiene un área de más de 1 millón de metros cuadrados, dedicado al cuidado de animales abandonados y / o maltratados por el ser humano.

Iniciado en 2006 y mantenido desde entonces por la familia Machado, el Proyecto Anjinhos da Rua surge a través de un ex perro abandonado, Quinho, que a través de sus ojos, en una manifestación espiritual, mostró a su dueño y mejor amigo, Henrique Machado, que debería comenzar un proyecto, donde los animales como él serían rescatados y tendrían la oportunidad de experimentar amor, cuidado, comodidad y seguridad en grandes dosis, sin correr el riesgo de sufrir abusos, abandono o cualquier desprecio por parte del hombre.

En sus casi 13 años de existencia, el Proyecto Anjinhos da Rua ha salvado a miles de animales, y actualmente alberga y cuida a más de 1.300 animales de las más variadas especies, incluidos perros, gatos, cerdos, conejos, caballos, vacas, bueyes, búfalo. 

Además, el Proyecto Anjinhos da Rua ofrece tratamientos veterinarios de vanguardia a través de un cuerpo completo de profesionales, medicamentos y equipos de la mejor calidad.

También se debe tener en cuenta que todo el trabajo realizado en el Proyecto es GRATUITO, donde cientos de ciudadanos que no pueden pagar los gastos médicos veterinarios de sus mascotas se encuentran todos los días.

La misión del Proyecto Anjinhos da Rua es transmitir el amor a través de gestos simples, difundir la atención y el afecto a los demás, alentar a la población a abrazar la causa animal, demostrando que todos, sin distinción, merecen vivir con dignidad, alegría y las condiciones mínimas necesarias a una buena supervivencia, que desafortunadamente no ha sido practicada por humanos.

Siguiendo esta filosofía de amor al prójimo y proporcionando condiciones para que todos puedan vivir una vida digna en el futuro cercano, el Proyecto Anjinhos da Rua planea dar un paso más grande en su viaje, dando forma a un programa para la protección de los niños, los ancianos y los perjudicados por la sociedad.